viernes, 21 de noviembre de 2008

Philippe Delerm, es un placer conocerlo.

El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida, es un libro de Philippe Delerm, un escritor francés. Lo conocí a través de una gloriosa y encantadora clase de Carmelo Chillida. Estaba terminando la carrera de Letras, justo la recta final, dos créditos más y empezaría la tortura de la tesis. Entre el corre corre del trabajo y la universidad, y la época en que ví esa materia, todo calzó perfectamente. Jugarreta vital, casualidad idónea, puro placer del azar que te pone en frente lo necesario para el momento.

Desempeñaba un cargo que generaba una carga de estrés asfixiante, un jefe cuya pasión era torturar a sus empleados, y responsabilidades, que aunque bien remuneradas, no permitían que el sueño, desde hacía meses, me acompañara por más de 5 horas diarias, cuando corría con suerte. Las tres primeras semanas de clase falté, entré en la cuarta semana, con un justificativo ficticio pero válido.

La clase era un espacio de relajación, los textos de Delerm - explicaba Chillida - eran breves ensayos sobre un tema que le causan placer al autor. Entre ellos el primer trago de cerveza, el cine, una banana split y otros que no recuerdo. Cargados de una exquisita prosa, Delerm en cada entrega lograba que el placer sentido por el se traspapelara en la imaginación del lector.

En clases leíamos y analizábamos sus textos, y fue de vital importancia para mí porque descubrí, en esa clase, que el ocio no es vagancia, sino más bien inspiración. Realizar un análisis de la obra del escritor francés era una de las opciones como trabajo final, la otra era realizar una delermiana, escribir un texto breve sobre algo que causara placer en uno mismo.

En ese momento descubrí lo díficil que se había convertido para mí, pensar en algo placentero, masticarlo, segregarlo, vivirlo. Había dejado el placer en la entrada de aquella oficina fría y hostil, hacía ya casi un año.

Volví al placer a través de Chillida y Delerm, me pregunté si dejaría que mi vida pasara, sin estacionarme de vez en cuando en la posibilidad de la satisfacción, pensar en el sufrimiento es mil veces más fácil, pensar en el placer es mil veces mejor.

Hace un tiempo inicié un blog de cronicuentos, una mezcla de ficción y crónicas. Los cronicuentos han sido pospuestos, así soy, así seré, pospongo cosas y las retomo, manías de bipolar.Entonces el espacio se convertirá, hasta que me canse, en delermianas cronicuentistas. Sí, en femenino, no sé por qué. Pronto la primera entrega.

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