viernes, 21 de noviembre de 2008

Delermiana 1. Nuestro segundo primer beso.


"Al chico del penthouse"


Si, como se lee, un segundo primer beso. El primer beso no lo recuerdo, fue hace mucho, y no vino cargado de romanticismo, no hubo un preludio, ni antecedentes telefónicos o cinematográficos. En aquella oportunidad, ese primer beso; aquel lejano, fue sin tapujos, el beso de un desconocido cuadrado en una salida de dos pa' dos. Años después nos volvimos a encontrar, pero no es metáfora de Tristán e Isolda ni de Romeo y Julieta, esto es absolutamente postmoderno, así visceral.

Esta vez, no había tensión ni manos sudadas, ni temor a rehcazos. Una obertura musical apropiada para disfrutar de un beso, un beso en su esplendor absoluto. Y es que puedes ser besado diez mil veces, pero un buen beso es como un excelente vino, difícil de conseguir.

Los ojos se miran, tratando de encontrar en la picardía de esa visión, el permiso absoluto para pasar, una risa nerviosa y feliz se apodera del entorno, y por fin los labios se encuentran, frondosos, llenos, carnosos, cálidos, se tocan, lenta, pausadamente, para evitar la pérdida de ese sublime silencio. Pienso en el capítulo 7 de Rayuela, la imagen de los cíclopes, gloriosa, pero este beso es distinto a ese; entonces cuando el silencio sagrado se hospeda en los labios, un manjar se deshace en la boca, una fresa salvaje, suave, cálida, deseosa, cariñosa.

Deleitas el sabor de su boca, el aroma, la sensación de haber encontrado en un beso, el beso anhelado, esponjoso, como un niño, en medio de una plaza, sediento de correr y de jugar, recibe un helado, para calmar la sed y nutrirse de olores y sabores, todo, absolutamente todo, se vuelve glorioso. Sensación deidificada, que se esparce en la boca, entonces viene la mejor parte, el centro del helado, esa sorpresa, ese estallido: sientes como se aprietan, se retuercen, se glorifican, se anhelan y una mano acaricia tu nuca, haciéndote sentir que ese momento es todo lo que llena ese espacio, giran, se estremecen y se encuentran, en una sola saliva, en la humedad de haber hallado al fin, un universo, ese segundo primer beso.

6 comentarios:

Viandante dijo...

Me encanta este "texto" (me estoy atacando de la risa ahora mismo, hace tanto que me alejé del mundo de la gente de letras, que al escribir la palabra texto me privé de risa, yo sé que tú me entiendes el chiste. Estás escribiendo del carajo, no es que antes no escribieras bien, es que ahora es maravilloso.

Ahh por cierto, no fui yo quien dejó una lista de no sé qué en alguno de tus blogs.

Besos y abrazos infinitos!

guaro con ropa !! dijo...

mira el texto es muy enriquecedor, pero realmente lo que me recuerda es mi primer beso , que no fue nunca como el segundo...
ya me puse romántico y melancólico

nooooooooooooooo!!

saludos desde costa rica !

guaro con ropa !! dijo...

por cierto quien es sebastian es que visito muchos blogs diariamente y no recuerdo sinceramente quien sera si me ayudas a recordar te lo agradeceré millones !

PURA VIDA !

Caro Clack dijo...

Bueno si entre "texto y texto" ahí nos arrimamos y nos burlamos. Es una envidia que ya no tengas que pasearte por los pasillos mi querida viandante.
Guaro: Tu meláncolico? me parece extraño, no pareces ser de los que se dejan atacar por la melancolía.

JP dijo...

Ufff....el primer beso. Todavía lo recuerdo. Lo único que recuerdo que salió bien de aquel momento fué que no llovió, porque todo lo demás horrible es poco decir...
Un saludo amigo...

TORO SALVAJE dijo...

Que bien has descrito ese universo que cabe en un beso.

Saludos.